martes, 20 de noviembre de 2012

Acerca de la controversia por el lenguaje sexista

Hace un tiempo, en El castellano, la página del idioma español, encontré un artículo interesante acerca de la controversia que existe en relación con el lenguaje sexista en expresiones como Miles de hombres o Los niños en el mundo para hacer referencia a los dos sexos (hombres, mujeres, niños y niñas, respectivamente). Creo que puede sernos útil su lectura.


IPS

Una resolución del pleno de la Real Academia Española (RAE) abrió la puerta en España a un intenso debate sobre el buen y mal uso del idioma, al hablar o escribir sobre mujeres y hombres. 

El académico Ignacio Bosque redactó el polémico informe «Sexismo lingüístico y visibilidad de la mujer», aprobado por unanimidad por el pleno de la RAE y con duras críticas sobre nueve normas elaboradas por comunidades autónomas, universidades y sindicatos de toda España. En las nueve normas hay temas comunes, entre los que se destaca la crítica al uso genérico del masculino para designar a los dos sexos, como cuando se dice «en esa ciudad viven miles de hombres», en vez de «hombres y mujeres» o más claramente aun «personas». 


Pero en el documento difundido el domingo 4, la RAE considera que «está firmemente asentada en el sistema gramatical español» la forma de designar a los dos sexos diciendo «miles de hombres». La academia tiene actualmente 42 miembros, solo tres mujeres. Desde su fundación, en 1713, solo ha habido cinco académicas. 


Sobre el informe se manifestó la lingüista Silvia Agosto, profesora asociada del Departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense de Madrid y docente del Instituto de Educación Secundaria Mariana Pineda, también en la capital. «Es necesario adaptar los usos idiomáticos a una nueva realidad social. Si antiguamente no existían abogadas, arquitectas o doctoras, es lógico que se adapten los géneros de estos sustantivos», dijo. 


En este tema, Agosto recordó un hecho que muy pocos tienen en cuenta en la actualidad: que hasta mediado el siglo XX prácticamente no había mujeres doctoradas en arquitectura, abogacía o medicina, lo que convertía en normal las expresiones arquitecto, abogado o médico. Pero la lingüista sí consideró que no es una buena solución duplicar las expresiones, como proponen varios de los manuales criticados. 


Puso como ejemplo la expresión «los niños y las niñas», que consideró que «no solo no tienen sentido por la propia estructura de la lengua, sino que porque estas fórmulas son contrarias a uno de los principios básicos del lenguaje: la economía». «Si es posible dar un mensaje con menos palabras, ¿por qué usar más?», argumentó. 


Agosto puntualizó que «las repeticiones generan problemas sintácticos y complican la redacción». Como ejemplo negativo puso el cambio de la frase «Los padres deben consultar a los maestros por el rendimiento de sus hijos» por: «Los padres y las madres deben consultar a los maestros y las maestras por el rendimiento de sus hijos y sus hijas». Y se preguntó: «¿Para qué usar una frase doblemente extensa para decir lo mismo?». 


Según Bosque, si se aplicaran las directrices de las comunidades, sindicatos y universidades «no se podría hablar», pues para hacerlo hay que aplicar el uso genérico del masculino para los dos sexos ya que eso, según la RAE, «está firmemente asentado en el sistema gramatical español» y de otras muchas lenguas. 

Bosque subrayó que «hay acuerdo general entre los lingüistas en que el uso no marcado (o uso genérico) del masculino para designar los dos sexos está firmemente asentado en el sistema gramatical del español». Y puso como ejemplo textos de escritoras como las españolas Soledad Puértolas, Maruja Torres, Rosa Montero o Almudena Grandes, o la uruguaya Carmen Posadas y la mexicana Ángeles Mastretta, entre otras, en los que ninguna de ellas «sigue las directrices contra el supuesto sexismo verbal». 

El académico planteó también el caso de los animales, y se preguntó: «¿Debemos entender tal vez que es correcto discriminar a las hembras en expresiones tan comunes como los perros, los gatos, los lobos o los jabalíes, o hemos de interpretar, por el contrario, que no es preciso que el género aquí tenga correspondencia con el sexo?». Además, criticó a los gobiernos de las comunidades y a las centrales sindicales por proponer que en vez de decir «los ciudadanos» se diga «la ciudadanía», o en lugar de «los becarios», «las personas becarias». 

La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad del gobierno derechista, Ana Mato, ha sido muy criticada por mantener los términos sexistas discriminatorios, como cuando condenó el asesinato de una mujer por su marido. La ministra habló de «violencia en el entorno familiar» y no de violencia machista o de género, tal como establece expresamente la ley que se denominan ese tipo de crímenes. 

Adelaida de la Calle, rectora de la Universidad de Málaga y presidenta de la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas, sostiene que, si bien la sociedad española «ha funcionado normalmente con un lenguaje muy sexista», ahora «hay que cambiarlo, igual que hemos cambiado montones de actuaciones». Y subraya que «la mujer debe contar en todo y ese todo incluye el lenguaje (...). Hay que poner a la mujer en valor y hacer el esfuerzo de cambiar el lenguaje, aunque no se puede lograr de la noche a la mañana». A su juicio, para lograrlo se deberá trabajar en los primeros niveles de la enseñanza, aunque dice tener claro que «el genérico se debe seguir utilizando porque no se hace con tono discriminatorio». 

La visión de las feministas

La secretaria confederal de la Mujer de la central sindical Comisiones Obreras (CCOO), Carmen Bravo, criticó el informe de Bosque y dijo que desde su organización promueven «un uso de la lengua más inclusivo desde el punto de vista del género y más igualitario desde la práctica democrática del lenguaje». «Demandamos que la RAE también lo haga», sentenció. 

En CCOO, ratificó, se apuesta «por un lenguaje inclusivo de género», y de esa forma «democratizar el lenguaje y dar visibilidad social a los géneros femenino y masculino y lograr una sociedad más igualitaria y transparente desde el punto de vista lingüístico». 

La presidenta de la Comisión de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial, Inmaculada Montalbán, escribió que «la utilización sexista del lenguaje implica la invisibilidad de las mujeres, tanto de su presencia como de sus logros». «Así lo entiende la Ley de Igualdad, cuando fija como criterio general de actuación de los poderes públicos la implantación de un lenguaje no sexista en el ámbito administrativo», adujo. 

Purificación Causapié, secretaria de Igualdad del opositor Partido Socialista Obrero Español (PSOE) se mostró optimista, porque «el idioma es algo vivo y cambia para adaptarse a la sociedad y en este sentido el lenguaje debe servir para expresar también la igualdad entre hombres y mujeres». A su juicio, «debemos encontrar un consenso, por supuesto también con los lingüistas y con la Real Academia, para alcanzar este objetivo». 

Escritores con la RAE

El afamado escritor Enrique Vila-Matas apoya a la RAE, porque «el lenguaje está hecho esencialmente para entenderse. Por tanto, todo lo que se aparte de esto es un despropósito. Y despropósito es creer que siempre hay discriminación en las expresiones nominales construidas en masculino con la intención de abarcar los dos sexos». 

Un ejemplo de esto, a su juicio, es cuando se recomienda decir «personas sin trabajo» en vez de «parados». Pues si se hace eso «acabaremos no entendiéndonos nada entre nosotros, hablando de Españadanía para no tener que decir Españo o España (demasiado masculino o femenino respectivamente)». 

Pero feministas y lingüistas coincidieron en que el lenguaje no es neutral y para confirmarlo recordaron los significados populares muy diferentes que se asignan a palabras iguales, sean en masculino o femenino: 

Uno cualquiera: uno que pasaba por ahí; una cualquiera: una puta. Un hombre público: un ciudadano conocido; una mujer pública: una puta. Un zorro: un hombre listo; una zorra: una puta. Un hombre alegre: un sujeto contento; una mujer alegre: una puta. Un gallo o gallito: un valiente; una gallina: puta o cobarde. 



miércoles, 17 de octubre de 2012

¿"Veintiún mujeres", o "veintiuna mujeres"?

El numeral uno se apocopa, esto es, pierde su última letra: o(a), ante sustantivos masculinos (Un teléfono) o femeninos que empiezan por vocal /a/ tónica (Un águila), es decir, por vocal a en la que recae el acento de intensidad en la palabra. En consecuencia, los numerales compuestos que contienen el numeral uno(a) se comportan del mismo modo y se apocopan ante sustantivos masculinos (Veintiún hombres) y femeninos que empiezan por /a/ tónica (Veintiún águilas). De acuerdo con esto, se debe decir, por ejemplo: Veintiuna mujeres (no Veintiún mujeres), y, por otra parte, Veintiún habas (no Veintiuna habas).


sábado, 13 de octubre de 2012

Doble negación en español

En el caso de las palabras nunca, jamás, tampoco (adverbios), nadie, nada, ninguno (pronombres o adjetivos indefinidos) y grupos que contienen el término ni (conjunción copulativa negativa), cuando van pospuestos al verbo, el adverbio no debe necesariamente anteponerse a este: No voy nunca a la playa, No iré jamás, Él no irá tampoco, No vino nadie, Ya no tengo nada de lo que tuve, No irá ninguno de ellos, No lo quiere ni su madre.


En estos casos, la doble negación o concurrencia de dos negaciones no anula el sentido negativo de la frase, sino que, por el contrario, lo refuerza.

martes, 18 de septiembre de 2012

V: ¿“uve” o “ve chica”?

   Uve y ve son los nombres que tiene la letra v. El primero es el que se emplea en España y también es usado en buena parte de América, donde el nombre ve es el más extendido y suele ser acompañado de adjetivos: corta, chiquita, pequeña, baja o chica (este último es el que, por cierto, se emplea más en Perú), para distinguirlo, en el habla, del nombre de la letra b (be), cuya pronunciación es exactamente igual.

   Por otra parte, la recomendación de uso en todo el ámbito hispánico de la denominación uve para la letra v obedece a que este nombre se distingue sin necesidad de añadidos del nombre de la letra b. No por esto, sin embargo, las otras variantes de denominación, vigentes en el uso del español actual, pueden considerarse, en absoluto, “incorrectas”.


lunes, 17 de septiembre de 2012

Uso del artículo "el" ante sustantivos femeninos

    Se usa el ante sustantivos femeninos que comienzan con a acentuada: el agua, el alma, el águila, con la finalidad de evitar una disonancia o la combinación no armónica de sonidos (cacofonía), que se produciría si se dijera, por ejemplo, la agua, la alma, la águila, etcétera. También cabe señalar que antiguamente esta forma el del artículo se anteponía también cuando la a no era acentuada: el acémila, e incluso cuando el sustantivo comenzaba por otras vocales: el espada. Esto se explica por lo siguiente: la forma antigua del artículo femenino era ela: ela casa, ela tierra, ela alma. Esta forma se abrevió perdiendo una vocal: cuando el sustantivo comenzaba por vocal, el artículo perdía la última: el’ arena, el’ alma, el’ espada; mientras que, si el sustantivo comenzaba por consonante, el artículo perdía la primera vocal: ’la casa, ’la tierra.



    Por tanto, puede decirse que, en casos como los inicialmente señalados (el agua, etc.), el artículo el se presenta como una forma especial del femenino.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Acerca de las construcciones del tipo “Me paseé por el parque” y el llamado complemento de interés

     De acuerdo con los maestros Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña (Gramática castellana: segundo curso), muchos verbos se construyen con el pronombre de la misma persona que el sujeto (yo y me en el caso planteado), pero no lo tienen como complemento y la acción no recae sobre el sujeto (como en Yo me peino en el parque, por ejemplo), por lo que son solo reflexivos solo de forma (como en Me voy, ¿Te sorprendes?, Se murió, por ejemplo). Por tanto, puede afirmarse que estos verbos son reflexivos por la forma, pero no por el sentido, y forman construcciones cuasi-reflejas, en términos de Andrés Bello.




    Este tipo de verbos significan vida interior (indican afecto o emoción [avergonzarse, alegrarse, emocionarse, conmoverse, serenarse, espantarse, horrorizarse, etc.], voluntad [empecinarse en, empeñarse en, esforzarse por, decidirse por, resolverse a, arrepentirse de, adherirse a, etc.], memoria [acordarse y olvidarse] y saber no seguro [imaginarse, figurarse, suponerse, barruntarse, olerse]) o, en otros casos, son verbos de movimiento (irse, marcharse, venirse, volverse, salirse, entrarse, subirse, etc.). No obstante, hay otros verbos reflexivos que no significan vida interior, pero el pronombre les añade un matiz especial de vida interior, como en Me temo que no amos a llegar a tiempo, que es como decir “Temo para mí que...”, en donde me es un complemento de interés o dativo de interés según la gramática latina. Este complemento de interés expresa beneficio o interés de quien es la acción, o que la acción se cumple poniendo el sujeto toda su alma y afianzando su personalidad, es decir, indica una intensificación de la vida interior con que se ejecuta la acción. En este ámbito, se encuentran, por ejemplo, las expresiones del tipo Me paseé por el parque, Tú te lo mereces, Me quedo en casa, Se bebió una botella de vino y Estate quieto.

jueves, 23 de agosto de 2012

¿Vocales fuertes y débiles, o vocales abiertas o cerradas?

En relación con la nomenclatura gramatical de las vocales, conviene traer a colación lo señalado por Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña, en Gramática castellana (1.er curso):

Los gramáticos suelen llamar a las vocales a, e, o fuertes, plenas o llenas, y a la i y a la u débiles. También llaman a las primeras más snoras y a las segundas menos sonoras. La clasificación de las vocales se hace en la gramática para explicar la composición de los diptongos, y es una necesidad gramatical. Sin embargo, los términos no son afortunados, porque fuerte y sonora tienen en Fonética un significado técnico muy distinto: cualquier vocal puede ser más fuerte que otra (por ejemplo, el acento hace a la í de París más fuerte que la a), y todas las vocales son igualmente sonoras, puesto que todas tienen vibraciones laríngeas. Fuerte quiere decir acentuada.
Lo que las gramáticas indican con estos términos es, desde luego, cosa distinta que la Fonética. La Fonética se refiere, con “abiertas y cerradas”, a la constitución de las articulaciones; la gramática, con “fuertes y débiles”, “plenas o sonoras”, a la impresión acústica, que no se deja medir y caracterizar con tanta seguridad como el lado articulatorio. Por eso los términos fuerte, débil, etc., son vagos y sin valor científico. En cambio, la Fonética ha elegido para clasificar las vocales el lado articulatorio, que es determinable a satisfacción, y, al establecer el paralelo que existe entre la escala de abertura y la escala de perceptibilidad, logra incluir en su clasificación de abiertas y cerradas los dos aspectos, el articulatorio y el acústico. Conviene, pues, que los maestros hablen en estos casos de vocales abiertas y cerradas, términos que tienen una significación definida, y que abandonen los de fuertes y débiles, plenas, llenas o sonoras, por su vaguedad y confusión.

domingo, 8 de julio de 2012

Agradecimiento a las alumnas participantes de la Universidad Femenina del Sagrado Corazón

      Luego de la interacción producida entre ustedes y el Ajolote en este blog, expresada mediante la publicación de sus interesantes comentarios, preguntas, respuestas y aportes, por mi parte debo expresarles que, para mí, esta ha sido una nueva y gratísima experiencia, que, por cierto, en algún momento, me encantaría repetir. Asimismo quiero agradecer y felicitar al profesor César Ángeles por tan novedosa y entusiasta iniciativa suya, que ha posibilitado este intercambio, y a ustedes, alumnas-maestras participantes,* por su tan activa e inteligente participación.


        

      Por lo demás, debo comentarles también que este pequeño espacio está y permanecerá siempre abierto para ustedes, para que puedan visitarlo, aportar y consultar en cualquier momento en caso de que así consideren hacerlo.

       Por otro lado, aprovecho esta para preguntarles sobre cómo consideran que se debe escribir el acrónimo correspondiente a la universidad en la que estudian: ¿UNIFE, UNIFÉ, Unife o Unifé?  ¿Por qué?
        
        De antemano, muchas gracias.

        Hasta pronto jóvenes bellas y aplicadas.

* La relación de las participantes es la siguiente:
Magli Escobedo y Solange Martínez
Patricia Oshiro y Susana Watson
Pamela Resurrección Manco y Alejandra Villar Villanueva
Pierina Bacigalupo y María Grazia Medina
Shirley Lévano Lecca y Eillen Torres
Karen Seminario y Giannina Gutiérrez
Rosa Bustinza y Karen Zavala
Bertha Delgado y María Rueda
Ericka Romero Álvaro y Karen Torres Mendoza
Katia Donayre y Ji eun Kim
Karina Gutiérrez Carranza y Gaby
Gianna Cárdenas y Mayumi Palomino
Jhasmín Michuy Ramírez y Erika Rojas Espinoza
Rosa Amelia Pérez Hopkins y Susan Tasayco
Heriane Martínez Cáceres y Kahoma Villaizán Ortiz
Anaïte Huber y Deysi De la Cruz
Enith Gómez y Melany Trujillo
Eveline Góngora y Geraldine Dextre
Afra Navarro y Cinthia Vila
Fabiola Oceda
Claudia Ramírez Ruiz
Stefany Dayoch
Ángela y Liz
Viviana y Lesly
Marian y Jaqui
Bazalar y Solano
Vampire
Anónimas

jueves, 28 de junio de 2012

Frases de un hombre galante: “¿Afanar o gilear". De Marian y Jaqui, alumnas de la Unifé

“¿Quién no ha escuchado a lo largo de su adolescencia estas típicas frases cuando nos hemos visto involucradas en alguna relación sentimental?” creo que todas o la mayoría de nosotras a escuchado en las conversaciones de aquellos chicos, que anhelaban conquistar el corazón de una de nosotras,  estas  palabras tan populares y a la vez no tan bien recibidas por algunas de nosotras.
Encontramos que en el Perú “gilear” significa enamorar o coquetear. Por otro lado la palabra “afanar” es una frase que derrocha diferentes significados como enamorar, galantear y pretender.
Sin embargo, según la RAE, la palabra “afanar” significa hurtar, estafar, robar. También se define como entregarse al trabajo con solicitud congojosa, entre otros. Definiciones que no tienen ninguna similitud con “echar flores a una chica”

Entonces nos preguntamos ¿Desde cuándo cree usted que estas palabras fueron usadas o inventadas en el lenguaje de los adolescentes? Y ¿son estas palabras usadas y expresadas correctamente en nuestro contexto social? ¿Qué cree usted, amigable Ajolote?

martes, 26 de junio de 2012

Esperanto. De Susan Tasayco y Rosa Amelia Pérez Hopkins

Señor Ajolote,
Nos gustaría conocer su opinión sobre un tema que nos interesa resolver. Estuvimos revisando la documentación sobre el idioma Esperanto y sabemos que es un idioma que fue creado con la intencionalidad de servir a una mejor comunicación, pero que finalmente no es una herencia cultural ancestral sino una estudiada experimentación de gabinete.
El propósito del Esperanto fue, desde sus inicios, mejorar la calidad de la comunicación y romper con el monopolio de los idiomas de las culturas dominantes, es decir, por la democracia lingüística y la preservación de la diversidad lingüística; sin embargo, ha transcurrido varios años desde el manifiesto de Praga, donde se acuerda incentivar el uso del Esperanto y este idioma no tiene una difusión masiva.
Por otro lado nosotros vemos todos los días como desaparecen lenguas de pueblos originarios con amplia herencia cultural sin que se pueda hacer nada por evitarlo, lenguas como la shipiba o el quechua huanca, son lenguas en peligro de extinguirse.
Nuestra pregunta es ¿Qué tan reales son las expectativas de supervivencia del Esperanto, que finalmente es una lengua sin arraigo cultural y sin historia, en un país con tanta diversidad de lenguas, como lo es el Perú?
Muy amable por su atención.

El uso de las preposiciones "de" y "con". De Viviana y Lesly, alumnas de la Unifé

Con frecuencia al solicitar algún recipiente que contenga algún liquido en su interior, la gente tiende a confundirse y pedir, por ejemplo, un "vaso de agua", eso puede traer cierta confusión con el interlocutor ya que la preposición "de" nos podría indicar el material del recipiente, el cual evidentemente no podría ser de agua. Lo correcto en ese caso es pedir un "vaso con agua", ya que en el interior del recipiente se encuentra el agua. Lo mismo sucede en el caso de pedir un "balde de pintura".

"Pedilón" y "pedigüeño". A propósito de una consulta de María Grazia Medina y Pierina Bacigalupo, alumnas de Unifé

Mi nombre es Maria Grazia Medina, soy alumna de la Unife y quería saber si me podría sacar de dudas con respecto a algo que me llamó mucho la atención.
Hace unos días yo estaba en el mercado con mi prima y su hija, entonces mi sobrina le pedía infinidad de cosas a su mamá. Yo le dije: Tu hija es muy pedilona, se parece a ti. A lo que ella me respondió: Se dice pedigüeña, no pedilona.
Entonces mi pregunta es: ¿cuál es la manera correcta para referirnos a una persona que pide mucho? Y ¿Qué diferencias existen entre ambas denominaciones si es que hay alguna?
 
Pedigüeño es el que pide con frecuencia e importunidad.
Pedilón, usado coloquialmente en Perú y Venezuela, hace referencia al pedigüeño.
Ambas formas son correctas. No obstante, en lo personal, prefiero la forma pedigüeño por ser más eufónica, entre otros.

¿"Homogenizar" u "homogeneizar"?

Quisiera, en primer lugar, felicitar su labor, la cual, a mi parecer, es de vital importancia para todo hablante que tenga el firme propósito de mejorar su calidad lingüística y aumentar sus conocimientos en cuanto a la lengua. Del mismo modo, me gustaría contribuir con su labor de corrector presentándole la siguiente entrada. Si usted lo considera apropiado, puede publicarlo para que el resto de los usuarios pueda aclarar esta duda, que estoy segura la gran mayoría la tiene.

¿'Homogenizar' u 'homogeneizar'?

Al revisar un libro de Álgebra, noté, con curiosidad, cómo empleaban dentro de un mismo capítulo las palabras homogenizar y homogeneizar, ambas referentes a un mismo significado. Entonces, me pregunté cuál de estas sería la correcta. Para esclarecer mi duda, recurrí, como es de costumbre, a la biblia de los hispanohablantes: el DRAE. Según esta fuente, la palabra homogenizar no está registrada en el diccionario. Por el contrario, esta me remite a homogeneizar, la cual significa 'hacer homogéneo, por medios físicos o químicos, un compuesto o mezcla de elementos diversos'. En conclusión, la palabra correcta es homogeneizar, así esta no suene bien para la mayoría de hablantes, quienes están acostumbrados a oír la forma incorrecta: homogenizar. Lo que resulta extraño es que, al escribir esta palabra en Word, se aceptan ambas formas y no presenta ninguna corrección; hecho que demuestra que tanto máquinas, supuestamente perfectas, como el hombre se pueden equivocar. 

"¡Jajejijoju!". De Magli Escobedo y Solange Martínez

Hasta la vigésima segunda edición, la de 2001, la Academia no registraba ni una sola risa. Es decir: ni ja, ni je, ni ju tenían cabida en el Diccionario. Sí estaban ji y jo, claro, pero por motivos distintos. La primera, a partir de 1884, como letra griega, la de caos Aquiles, que en las lenguas neolatinas es unas veces ch, otras y otras qu. La segunda desde Autoridades, como sinónimo decho (ahora so), voz del arriero empleada para detener a las caballerías. Incluso dos ediciones (1803 y 1817) mencionan el refrán «Jo, que te estrego, burra de mi suegro», aplicado ‘a los que se resienten cuando les hacen bien’, y que ya citaba Correas.

Hoy, las voces jajejo y ju aparecen definidas de idéntico modo en el DRAE: son interjecciones que, repetidas, sirven ‘para indicar la risa, la burla o la incredulidad’. Ji es la única que, para la Academia, tan solo expresa risa o, en una segunda acepción poco usual, júbilo. Jo, además, se incluye como eufemismo (por joder) ‘para expresar irritación, enfado, asombro, etc.’, y ju ju, por su parte, remite a ijujú, que desde 1936 nos sirve ‘para expresar júbilo’ (¿?).

¿Es posible tanta unanimidad? ¿De verdad es lo mismo un ja que un je que un jo que un ju? En la práctica se demuestra lo contrario.
Cuervo, I. (2010). Maneras de reír.

¡Muchas gracias!

"Sube arriba” y ”baja abajo” ¿Acaso es posible “subir abajo” o “bajar arriba”? De Jhasmín Michuy Ramírez y Erika Rojas Espinoza

Imposible. Estas frases son ejemplos muy claros y comunes de pleonasmos (expresión en la que aparecen uno o más términos redundantes).

¡Sube arriba!, jamás vas a subir abajo, ¿no? Es así que el pleonasmo, no es la utilización de cualquier vocablo no necesario, sino utilizar un vocablo que tiene la misma raíz, significado o relación de significación con el sujeto o verbo de la oración en cuestión. 

Algunas personas afirman que es útil para terminar la frase y no dejar el verbo colgando.
Sin embargo, no debemos olvidar que, en la mayoría de los casos, su uso es involuntario y, si no se habla dentro de un contexto literario, sugiere poca habilidad lingüística. 

Ejemplos: 
“Lo vi con mis propios ojos”.
“Lo dije con mi propia boca”
“Cállate la boca”

Así llegamos a la conclusión de que, si bien muchas veces es un acto de inercia, debemos evitarlo, pero sobre todo corregirlo si el error ya está hecho. Pensar antes de hablar es algo que nunca debemos olvidar.

Entonces, nuestra interrogante es: ¿es incorrecto el uso redundante de las palabras?, ¿o es que,de alguna manera, puede ser aceptado como un medio para enfatizar una expresión? 

Agradeceríamos su respuesta.

¿"Manita" o "manito"? De Ji eun Kim y Katia Donayre

Formular el diminutivo de la  palabra mano siempre genera duda. Lo más lógico es que al tratarse de un sustantivo femenino (de hecho, el único sustantivo femenino que termina en –o) la terminación de su diminutivo sea –ita y no -ito; sin embargo, ¿es esta regla la que prevalece en el habla?, ¿es más correcto decir “la manita” en lugar de “la manito”? Con el fin de apaciguar estas dudas, veamos lo que dice el lexicón oficial de la lengua: 

“En el caso de mano, excepcionalmente, se han generado ambas formas; así, manito, que mantiene la -o final del sustantivo, es la forma habitual en la mayor parte de América: «Saluda a Cámara con la manito» (Cuzzani Zorro [Arg. 1988]); y manita, que se ha generado atendiendo al género gramatical del sustantivo mano, y no a su vocal final, es la forma que se usa habitualmente en España y en México: «Nomás se despidió con la manita» (Monsiváis Ofensiva [Méx. 1979]). Menos frecuente es el diminutivo manecita, también correcto: «Él, enamorado, apretaba más la tierna manecita» (Derbez Usos [Méx. 1988])”.
Fuente: Diccionario panhispánico de dudas.


Así es, queridos lectores del ajolote, como pueden ver, para el diminutivo de la palara “mano” son válidas las formas manito y manita.



¿"Conciencia" o consciencia"? De Karina Gutiérrez y Gaby, alumnas de la Unifé

Estos dos términos poseen varios significados en la RAE, por ejemplo: propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en todas las modificaciones que en sí mismo experimenta. Por otro lado, también hace referencia a un sentido moral, es decir, la capacidad de distinguir entre lo bueno y lo malo. 
El diccionario dicciomed.eusal.es (diccionario médico-biológico, histórico y etimológico) refiere que conciencia proviene del latin clás. conscientia(m) es 'conocimiento que se comparte con otro o consigo mismo'; calco de gr. suneídēsis συνείδησις que tiene los mismos significados. Además señala que existe documentación en español del año 1256 en el que se utiliza la palabra conciencia y en 1270 consciencia; esta ambigüedad ortográfica se mantiene hasta el día de hoy.

"Huayno/huaino", "aymara/aimara". De Gianna Cárdenas y Mayumi Palomino

Querido Kerwin:

En verdad le agradecemos por este aporte brindado en su blog, nos pareció muy interesante ya que como estudiantes de traducción debemos estar a la vanguardia de todas las publicaciones del diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. 

Con respecto a la escritura, de si se escribe con “y” o con “i”, consideramos que ambas son correctas (opinión personal), ya que el simple hecho de escribir estas tradicionales palabras con “y” no implica que sean un error, simplemente es la manera en la que se ha intentado plasmar el vocabulario de estas culturas que carecen de gramática propia. Esto es algo que se ha llevado a lo largo de los años y nos parece una lástima que el DRAE intente imponer estas nuevas escrituras para palabras de origen propiamente quechua y aimara que tradicionalmente han sido escritas así, nos hace sentir que se pierde ese toque de identidad que caracteriza de cierta manera a ambas culturas y a los mismos peruanos. 

Si seguimos estos patrones no nos sorprendería entonces que en las futuras ediciones del DRAE nos topemos con otras palabras cuyas transcripciones fonológicas en el quechua y/o aimara sean adaptadas al DRAE basándose en su propia fonología española, tales como ocurrió con nuestro tradicional animalito andino quien pasó de ser “cuy” a “cui”, o el dios “Wiracocha” denominado por el DRAE como “Viracocha”, nunca pensamos encontrar esto, pero… ahora, hasta “wawa” (niño) ya no se escribe así, sino “guagua”.

Viéndolo de este modo ¿qué considera más apropiado?, ¿enseñar a las futuras generaciones la escritura tradicional del quechua, tal y como probablemente mucho de nosotros la aprendimos, o las nuevas adaptaciones que el DRAE realiza?

De ante mano le agradecemos el tiempo brindado al leer este post y su respuesta.

“Adolecer” o “Carecer”. De Patricia Oshiro y Susana Watson

En nuestro país se confunde con mucha frecuencia el verbo adolecer con el verbo carecer. Es por eso que hemos escogido estos dos verbos del Diccionario de Español Urgente, pues consideramos que es importante y  útil la aclaración.

Según la DRAE ‘adolecer’ significa tener una enfermedad o un defecto y ‘carecer’, no tener algo. Dos ejemplos para clarificar un poco más el significado:
•             Adolece de jaquecas desde muy joven
•             Mis vecinos son tan pobres que carecen de lo más elemental.

Considerando lo anterior queda claro que estos dos verbos no son sinónimos y, por lo tanto, no se debe usar ‘adolecer’ con el sentido de ‘carecer’.

A continuación algunos ejemplos para clarificar aún más el uso de estos dos verbos.

No es correcto decir:

•             El congresista adolece del sentido de la equidad.
•             Ese pueblo adolece de carreteras.

Sí es correcto decir:

•             El congresista carece del sentido de la equidad. (¿Doblemente correcto?)
•             Ese pueblo carece de carreteras. (Sin duda alguna)

Sin embargo, el verbo adolecer, en el sentido de padecer o tener algún defecto, se usa seguido de falta, escasez o exceso.  Por ejemplo, la ciudad adolece de escasez de agua.



“La locución latina et al: dónde y cómo utilizarla”. De Shirley Lévano y Eileen Torres, alumnas de UNIFÉ

En el año de 1991, según las normas de Vancouver o NORVAN, se determinó anotar  los apellidos e iniciales de los nombres de los 3 primeros autores de un texto, seguidos de et al como sustitución de los restantes.

Numerosos profesionales, técnicos y estudiantes, ignorando el significado de esos términos latinos y basándose en patrones erróneos, han llegado a transcribirlos mal y de muy diversas maneras en sus propios manuscritos: et ol, et all, it al, etal e incluso ET AL, como si fueran siglas.
et al  es una locución latina que quiere decir y otros.  Sus dos partes componentes equivalen a:

et   conjunción copulativa y.
al   abreviatura de alii o alia, que significan otros o los demás, respectivamente. 

Se usan en cualquier tipo de documento consultado que reúna la citada característica en cuanto a pluralidad de autores, independientemente del idioma original en que haya sido escrito, y no pueden ser remplazadas nunca por las voces y otros y colaboradores en español, inglés u otra lengua.  



En el cuerpo del informe, la locución et al debe aparecer diferenciada del texto como tal mediante el simple subrayado o la utilización de letras cursivas o en negritas, según se procede comúnmente con toda palabra, frase u oración de origen latino.

"¿Se venden casas o se vende casas?" De Deysi De la Cruz y Anaïté Huber (Unifé)

El objetivo de la siguiente entrada es darse cuenta de que ambas formas de enumeración están bien:



Coloquialmente, se emplean las dos formas. Generalmente, “SE VENDEN CASAS” se utiliza para anunciar que en un sitio específico se están vendiendo casas. Mientras que “SE VENDE CASAS”, se refiere a la persona que las vende. El sujeto cambia, puesto que no son casas vendiéndose por sí mismas, sino una agencia o personas vendiendo casas.

Claro que si el objetivo es expresar que se están vendiendo casas, podría emplearse la forma "venden", por lo que tampoco estaría mal empleado. Por lo tanto, la forma empleada depende tanto de la situación como de la cantidad de casas vendidas. 

En el caso en que se tratase de una sola casa, la opción correcta sería simple: “Se vende casa”; por lo contrario, si se refiere a dos o más viviendas, quedaría bien la opción: “Se venden casas”. Para entenderlo mejor, podría cambiarse “casas” por “cosas”. La forma ”se venden cosas" sería la más correcta, puesto que son varias cosas las que se están vendiendo. Por otro lado, a pesar de que la forma “se vende cosas” también podría considerarse válida, sería menos recomendable.

Lo dicho anteriormente podría resumirse de la manera siguiente:

- Se vende casas está en la forma impersonal. Se trata de un verbo inmovilizado en singular y “casas” es objeto directo. Aquí, el sujeto es tácito. La oración podría cambiarse por “Las casas son vendidas por alguien” (voz pasiva)

- Se venden casas está conformado por un verbo que concuerda con "casas" (el sujeto). Esta oración equivale a “Se están vendiendo las casas” (voz activa).

La explicación lo dice todo, la frase impersonal con "se vende casas" es la más adecuada. Por ejemplo: Es correcto decir "en esta inmobiliaria se vende casas de la zona XXX", del mismo modo en que es correcto decir "se vende sillas, mesas, etc".

En general, se tiende a preferir la voz pasiva con verbos transitivos cuando la acción recae sobre objetos o cosas. Por otro lado, el modo impersonal se utiliza con objetos de persona, razón por la cual "se venden casas" es la forma más común.


lunes, 25 de junio de 2012

¿”Enserio” o “en serio”? De Afra Navarro y Cinthia Vila

Hemos visto que la forma de comunicación en Internet es bastante ambigua con respecto a las palabras ‘en serio’ y ‘enserio’. Por ejemplo:
A: ¡Ceci está embarazada!
B: ¿Enserio?
En el siguiente caso:
A: ¡Ceci está embarazada!
B: ¿En serio?
En ambos casos, la pronunciación es la misma, pero la escritura y el significado son diferentes. Cabe recalcar que, en el primer ejemplo la palabra ‘enserio’ está mal usada, puesto que proviene del verbo enseriar, que, según el DRAE, significa poner el semblante serio; por lo tanto, el contexto en el que está no es el adecuado.

En el segundo ejemplo, el uso de la palabra ‘en serio’ es adecuado, puesto que es una locución adverbial que significa ‘sin engaño, sin burla’

De acuerdo con lo expuesto anteriormente y con el bagaje de conocimientos que tiene, ¿por qué cree usted que existe tal confusión entre las personas?

"El código restringido". De Magli Escobedo y Solange Martínez

Los aportes de Carlos Gatti Murriel acerca de la lengua llaman a la reflexión crítica y a la autoevaluación de los conocimientos propios. Tras leer este post ("El lenguaje como arma"), recordamos una de las lecturas más comentadas en clase con el profesor César Ángeles: "El código restringido".

El texto se refiere a cómo el disponer únicamente del código restringido nos ciñe solo a conocimientos rudimentales y básicos. Además, resalta la importancia de contar con un código elaborado para conseguir el éxito académico.

La lectura refleja una realidad en el Perú. Por experiencia, podemos afirmar que la mayoría de niños muestra desinterés por la lectura, pues ellos leen palabras y no entienden la relación que existe entre ellas, aun si lo intenten repetitivamente. 

Esto nos ha hecho reflexionar sobre la problemática en las escuelas, donde los cursos de lengua son enseñados con metodología desactualizadas que no llaman la atención del niño. Los docentes imponen lecturas en vez de presentárselas didácticamente de modo que se deje en ellos la curiosidad de seguir leyendo. 

Es preocupante la situación, porque la competencia lingüística permite el acceso a mayor conocimiento; entonces, al no desarrollarla, se limitan los saberes a un entendimiento básico que no permite el enriquecimiento intelectual. Las consecuencias de este fenómeno se observan en generaciones actuales con poca o nula producción de conocimientos en textos escritos. 

Es imperativo que la situación cambie mediante el hábito de la lectura, por el bien de nuestra sociedad, pues leer es el modo más efectivo de aumentar el vocabulario y abstraer la correcta sintaxis de nuestra lengua. Otra solución es motivar al alumno, por medio de técnicas didácticas de enseñanza, a que se interese en el idioma, al igual que fomentar en la población el deseo de superación y las ansias de mejorar el uso de su lengua por medio de la comparación con otros países, donde se evidencia la gran diferencia en cuanto a la competencia lingüística y a la producción de conocimiento. Finalmente, se debe completar estas soluciones con la producción de textos como medio de liberación de la creatividad.

*Periodo de tiempo... ¿correcto o redundancia? y * Oír y escuchar. De Heriane Martínez Cáceres y Kahoma Villaizán Ortiz

Según la RAE "periodo" o "período" tiene como definición "Espacio de tiempo que incluye toda la duración de algo"; por lo tanto, si nosotros decimos "periodo de tiempo" es una redundancia, ya que al solo nombrar 'periodo' ya se hace alusión de tiempo.
ejemplo:
-¿Por cuánto tiempo viajas?
-Viajo durante el periodo de vacaciones. 


La diferencia entre oír y escuchar está en la intención. Escuchar es algo que se hace intencionadamente, mientras que oír es algo que sucede independientemente de nuestra voluntad.
Las cosas que se hacen intencionadamente se hacen para algo, o sea, llevan asociada la idea de finalidad.
En cambio, las cosas que nos suceden independientemente de nuestra voluntad carecen de finalidad. 
Teniendo en cuenta lo anterior, se entiende que podamos mantener un diálogo como este:
—¿Me estás escuchando?
—Te oigo, pero no te escucho.
O también:
—Te escucho, pero no te oigo.
Si alguien me oye, pero no me escucha, tengo que entender que percibe el sonido, pero no presta atención (que es algo que depende de su voluntad). En cambio, si me escucha, pero no me oye, eso significa que esa persona está poniendo lo que puede de su parte, pero que las circunstancias no cooperan (cuando hacemos cosas intencionadamente, podemos tener éxito o no).


"Coctel lingüistico". De Rosa Bustinza y Karen Zavala

Hoy en día, esta surgiendo una nueva tendencia lingüística en varios barrios de Estados Unidos con presencia hispana como por ejemplo Nueva York. En cierta medida los distintos grupos de inmigrantes se han asimilado en la sociedad americana, guardando algunos aspectos de su cultura y lengua. Es lo que los antropólogos llaman “transculturización". De tal manera que se ha enriquecido el mosaico cultural de Estados Unidos creando un especie de "Torre de Babel” en los Estados Unidos. Así en la actualidad, ya no se habla de melting-pot, término utilizado para designar un proceso que conduce diferentes lenguas y culturas para ser asimiladas a la lengua y cultura dominantes sino de “saladbowl” o ensaladera.

Esta situación de contacto entre el español y el inglés está creando influencias en ambas direcciones y está dando lugar a una fusión cultural innegable, la hipanización de Estados Unidos y la fuerte “anglosajonización” de los hispanos. Uno de los elementos fundamentales de dicha fusión has sido la mezcla de los idiomas español e inglés, originando un complejo fenómeno, una legua híbrida llamada "spanglish", un castellano salpicado de palabras inglesas, tales como ticket (multa), income tax (impuesto sobre la renta), okey (de acuerdo), nice (simpático); y traducciones literales de palabras y frases inglesas como chores (shorts, pantalones cortos), vacunar la carpeta (vacuum the carpet, aspirar la alfombra), te llamo para atrás (I call you back, te vuelvo a llamar), el rufo del bildin (el techo del edificio), entre otros.

¿En qué consiste exactamente el spanglish? Los lingüistas indican que se trata de “code-switching” o de un código cambiante; es decir, una alternancia de ambas lenguas al hablar, con pocas reglas y muchas variaciones de tipo léxico, e incluso morfológico, sintáctico y discursivo.

Así pues, de la misma manera que en una conversación entre dos personas bilingües, el “spanglish” se caracteriza por alteraciones de palabras, uso intercalado de frases de ambos idiomas y cambio de oraciones en narraciones largas. El spanglish implica cierto dominio de ambas lenguas y de este modo no sólo es utilizado para compensar deficiencias de competencia lingüística, sino, que excluye al hispano que no entiende inglés y al angloparlante que no entiende español; además, de poder ser también utilizado simplemente como diversión. La popularidad del spanglish parece haber crecido entre las clases bajas y medias, pero sobre todo entre los jóvenes que utilizan el spanglish como jerga.

Incorporado en los medios de comunicación (programas de radio y televisión, revistas y periódicos); por ejemplo, existe una novela llamada Una maid in Maniatan, así como en películas y en la música, y convertido en auténtico movimiento literario, el spanglish ha dejado de ser fenómeno únicamente oral. Basta con echar una ojeada a la actualidad para ver la resonancia del spanglish en todos estos ámbitos. Debido a la atención que se presta a los medios latinos en Estados Unidos, algunos puristas temen la difusión y que se acaben usando los mismos barbarismos del spanglish, por esnobismo e irresponsabilidad, en otros países hispanohablantes.

Sin embargo, aún quedad una duda suelta. El “spanglish”, ¿es muestra de subordinación cultural, de la vitalidad de la cultura y de la lengua de los latinos en Estados Unidos o es que nos encontramos ante un idioma nuevo en formación?

Formular una pregunta:
¿qué tan necesario es entender el spanglish y por qué sería importante?