lunes, 31 de enero de 2011

Ortografía y lenguaje

Inicio el año hablando sobre el lenguaje, mi área de combate desde hace casi cerca de 90 años. Apenas observamos el lenguaje, advertimos su eficacia como instrumento de cohesión. Descubrimos su valor como consolidador de la vida civil no bien abrimos el periódico: la prensa, a través de la lengua, nos conecta con el mundo entero. Comprobamos su eficacia cuando, en el ejercicio diario, elevamos solicitudes, redactamos informes, preparamos manifiestos, protestas, adhesiones. Y lo volvemos a comprobar en el campo de la literatura, si nos entregamos sosegadamente a gozar algunas horas del ensayo, la novela o el cuento. Es decir, el lenguaje nos une a todos cuantos hablamos español, pues al oírnos y entendernos reconocemos que una vieja sangre nos respaldaba y aseguraba el perfil. Nos une, a través de infinitas traducciones, con todos los pueblos del mundo. Signo, pues, de cohesión, revela eficazmente nuestra voluntad de persistir y de comunicarnos. Por eso el primer síntoma de la soledad es la incomunicación.

Un maestro estará pensando que si no hablo de ortografía, no estoy hablando de lenguaje. Cuando decimos ortografía estamos mencionando ‘escritura correcta’. Aludimos al acierto en la acentuación, en la puntuación y en el esmerado uso de las letras-signos. Si escribimos sofa, en lugar de sofá, ciertamente no hay ortografía. Y no afirmaremos la existencia de ortografía mientras no están sustituidos los debidos acentos.

Cuántas veces nos acosan reclamándonos métodos que enseñen a adquirir ortografía. La respuesta no suele hacerse esperar: leer y leer constantemente, ejercitarse en el manejo del vocabulario. Porque para aprender a escribir con decoro las palabras debemos saber que tales palabras existen dispuestas para el uso, y conocer sus aptitudes de significación. Muchas veces la ortografía es culpable de que la gente tuerza el significado de las palabras. Vaya un ejemplo aleccionador. El diccionario nos ofrece acecho y asecho. Es decir, acecho con ‘c’ y asecho con ‘s’. Suenan igual. Lo repito: suenan igual, no hay distinción en la pronunciación de una u otra. Pero no dicen lo mismo. Acechar significa “observar, aguardar con algún propósito”. Asechar es, en cambio, “poner o armar asechanzas”. Y asechanza es “el engaño o artificio para hacer daño a otro”. O sea, acechar no aclara ni califica el propósito de quien observa; en cambio asechar anuncia el propósito de daño. Un simple cambio de letra puede, como se ve, alterar el sentido; era, por eso, cambio importante. Como estos, hay otros casos ilustrativos. Aquí tenemos acerbo y acervo.

Hay que insistir en una observación auditiva: suenan igual, de modo que nada contribuye el sonido a distinguir ni precisar el significado. Pero acerbo significa “áspero al gusto” y vale, en sentido figurado, por “cruel, riguroso, desapacible”. En cambio, acervo es “un montón de cosas menudas, como trigo, cebada, legumbres” y significa también “el haber que pertenece en común a los socios de una compañía civil o comercial”. Sería, pues, faltar el sentido y formular un disparate si escribiéramos una frase como la siguiente: “El carácter acervo de la niña era acechado por sus padres”. ¡Un disparate!

La ortografía, o sea la escritura correcta, evitará siempre que incurramos en escándalos de esta naturaleza, al tiempo que nos permitirá enriquecer nuestro vocabulario. Nuestra experiencia lingüística nos tiene acostumbrados a reaccionar con determinadas frases. Por eso no tenían sentido unos ejercicios acostumbrados en la escuela (los famosos percentiles), que eran una larga lista de palabras desvinculadas de toda asociación sintagmática. ¿Cuántas veces en la vida oral hemos usado la voz solipismo y cómo podemos asociarla a nuestra vida oral?

Leer y leer vuelve a ser el gran remedio. Necesitamos conocer el vocabulario elemental, con que nombramos cuanto nos circunda. Aprender ortografía obliga a incrementar el vocabulario. Las palabras constituyen nuestro punto de partida para la reflexión ortográfica. No hay ortografía sin vocabulario básico. Necesitamos conocer palabras y agruparlas dentro del mundo de intereses en que nos movemos.

Fuente: http://www.larepublica.pe/26-12-2010/reflexiones-sobre-la-escuela

Este no es un obituario, pero... Luis Jaime Cisneros (1921-2011)

El 20 de enero del 2011 se apagó la vida de Luis Jaime Cisneros, maestro de generaciones.

Filólogo y doctor en letras. Profesor universitario. Hizo estudios de medicina, filosofía y letras en la Universidad de Buenos Aires, y se graduó como doctor en letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1955. Fue profesor emérito en la Universidad Católica del Perú, en la que fue Decano de la Facultad de Letras entre 1969 y 1971. Miembro de la Academia Peruana de la Lengua desde 1965, y Presidente de la Institución durante el periodo 1991-2005. Fue miembro correspondiente de la Real Academia Española, de la Academia Norteamericana de la Lengua Española y de la Academia de Letras de Uruguay. Fue profesor honorario de las Universidades de Arequipa, Ica, Tacna y doctor honoris causa de la Universidad de Cajamarca. Profesor visitante de las Universidad de Uruguay y Caracas (1965) y en las Universidades de Colonia (1967-1968) y Estrasburgo (1975-1976). Director del diario La Prensa (1976-1978), fundó y dirigió el periódico El Observador (1981-1983). Obtuvo en tres ocasiones el Premio Nacional de Cultura: el de Crítica en 1948, el de Pedagogía en 1956 y nuevamente este último en 1963. En 1992 le fueron otorgadas las Palmas Magisteriales en el grado de Amauta. Ha publicado:

El lazarillo de Tormes (1946), con un estudio preliminar y notas críticas.
Appendix probi (1952).
Lenguaje (1953), que mereció el Premio Nacional otorgado a las obras pedagógicas.
Estudio y edición de la “Defensa de Damas” (1955).
Formas de relieve en el español moderno (1955).
El estilo y sus límites (1958).
Lengua y estilo (1959).
Lengua española (3 volúmenes, 1960, 1961 y 1966).
Temas lingüísticos (1964) en colaboración con José Luis Rivarola.
Biografías de Mariano Melgar (1965), José Gálvez (1965) y Juan del Valle Caviedes (1966).
La “mise en relief en español” (1966).
Lengua y enseñanza (1969).
Temas lingüísticos (1972 y 1975),segunda serie.
El funcionamiento del lenguaje (1991 y 1995).
Teología, acontecimiento, silencio y lenguaje (1998), en colaboración con Gustavo Gutiérrez.
Lenguaje, literatura (1998), en colaboración con María Cecilia Cisneros y Abelardo Oquendo.
Mis trabajos y los días (2000).

Primer Encuentro de Correctores de Textos del Perú


Los días 3, 4 y 5 de febrero del año en curso, se realizará el Primer Encuentro de Correctores de Textos del Perú, que es organizado por la Academia Peruana de la Lengua y la Asociación de Correctores de Textos del Perú-Ascot-Perú. La inauguración será este día 3 en la Casa de la Literatura (antigua Estación de Desamparados, ubicada en Jr. Áncash 207, Centro Histórico de Lima) t las charlas y conferencias serán los días 4 y 5 de febrero en el Palacio de Osambela (Conde de Superunda 298, Lima).

http://www.correctoresdelperu.com/
http://academiaperuanadelalengua.org/correctores

Día del Corrector: 17 de octubre



Por si no lo sabían, el 17 de octubre es el Día del Corrector en el mundo hispano.

Acerca de la Asociación de Correctores de Textos del Perú


La Asociación de Correctores de Textos del Perú-Ascot Perú es una agrupación joven y sin fines de lucro. Varios profesionales amantes del buen escribir, de la literatura y la lingüística nos hemos unido con el sueño de que en el país se publiquen textos bien escritos. Otro de nuestros fines es lograr el reconocimiento de la labor de los correctores y promover que estén presentes en el proceso de edición de textos.

Queremos ser parte de la historia de nuestro país y cultivar en las generaciones venideras el amor por escribir correctamente, que no se maltrate el idioma, como actualmente ocurre en nuestro país, tanto en los ámbitos privados como estatales. Consideramos un desacierto que se publiquen textos con fallas garrafales o errores de gramática, ortografía y semántica, y por ello estaremos pendientes de las publicaciones en el país para dar nuestra voz de alerta.

Acompáñanos en esta difícil labor; si eres escritor o lector, encontrarás en Ascot Perú un medio para seguir estudiando y desarrollándote; si eres corrector, te esperamos para trabajar juntos por lograr nuestro reconocimiento; si deseas ser corrector, pronto organizaremos cursos y talleres para ti.

La seguridad que brinda Ascot Perú a sus asociados y colaboradores es la de ser una persona jurídica debidamente reconocida e inscrita en Registros Públicos, que trata de poner en relieve la importante y silenciosa labor intelectual realizada por aquellas personas que, por su formación académica en las áreas de Lingüística, Literatura y Comunicaciones, dedican su vida a corregir textos y aportan, de esta manera, a la formación cultural en nuestra patria.