miércoles, 3 de julio de 2013

¿“Música culta” o “música clásica”?


La expresión “música clásica”, que se dice que aparece por primera vez en 1836, en el Oxford English Dictionary, se ha extendido en el sentido y uso popular, así como en el medio escrito para hacer hace referencia a toda la música no popular que ha sido compuesta desde el Barroco hasta el siglo XX. No obstante, esta generalización, de música clásica por música culta, no resulta precisa, puesto que la primera, en sentido estricto, es un tipo de música culta compuesta en el periodo llamado “clásico”, que abarca desde mediados del siglo XVIII hasta principios del XIX (1750-1820), periodo en el que destacaron, por ejemplo, Haydn, Mozart y el primer Beethoven. En ese sentido, la música culta, también llamada “docta” o “académica”, engloba, además de la clásica, a la música romántica o académica. No obstante, a este criterio, puede oponerse la concepción de que toda música es producto de una cultura, esto es, de un conjunto de ideas, creencias religiosas, ciencias, artes y costumbres que caracterizan el estado social de los pueblos.

Una característica especial de la música culta es que da nacimiento, a posteriori, a una teoría y a una escritura, y, gracias a esta última, las obras sobreviven a la muerte de los compositores. Asimismo, se puede observar en esta la existencia de una escuela, con maestro y discípulos, y, por lo tanto, puede considerarse como una música de especialistas, no popular ni folclórica, además de que la estructura y composición de esta música (de cierta complejidad en la notación e instrumentación) la convierten en un arte de especialistas e imposible de transmisión por vía oral. Por ello, sus creadores y ejecutantes deben estudiar para aprender el manejo del lenguaje musical, bien sea para escribir, componer o interpretar.


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