domingo, 19 de junio de 2011

"[…] o, mejor dicho,..."


Las palabras o frases que se usan cuando, después de dicha una palabra o cláusula, se dice otra para corregir lo precedente y explicar mejor el concepto reciben el nombre de corrección o epanortosis. Tal es el caso, por ejemplo, de una expresión del tipo El sistema inmunológico o, MEJOR dicho, el sistema inmunitario es..., en la que el adjetivo comparativo mejor significa, en dicho contexto, 'más convenientemente' ("[…] o, más convenientemente dicho,...").

jueves, 16 de junio de 2011

El "semimenos"


Se suele emplear el signo “semimenos” para señalar los elementos que se introducen en una enumeración, aunque también se hace uso de la raya para introducir cada uno de los elementos de una relación que se escriben en líneas independientes, y en los que estas pueden sustituirse, además, por letras con paréntesis, números u otros signos. También, en ocasiones, el “semimenos” es empleado para introducir comentarios complementarios dentro del texto, aunque, en estos casos, el empleo de la raya resulta mucho más frecuente. No debe confundirse este signo, que, por cierto, no se encuentra registrado en el Diccionario académico, con el guion ni con la raya.


jueves, 2 de junio de 2011

¿Debe escribirse con mayúscula inicial la palabra "santo" cuando se emplea como tratamiento?


Cuando esta palabra se antepone al nombre de pila de las personas que, en el mundo cristiano, son declaradas como tales y reciben culto universalmente tras reconocérselas como personas de virtud y devoción, el término santo debe escribirse con minúscula inicial: santo Domingo, santo Tomás, santo Tomé y santo Toribio. No obstante, esta palabra, en masculino singular, pierde sus últimas letras (se apocopa en la forma san) cuando antecede al nombre de los llamados santos, salvo en el caso de los citados anteriormente: san Antonio, san Francisco, etcétera.

Entonces, como ocurre con los tratamientos ('títulos que se da a las personas'), las formas santo, santa o san deben escribirse con minúscula, salvo que se expresan con abreviaturas: S. Luis, Sta. Engracia, etcétera. No obstante, existen excepciones que corresponden a algunas acuñaciones que funcionan como nombres propios: San Juan (por san Juan de la Cruz), Santa Teresa (por santa Teresa de Jesús) y a los casos en que forman parte de expresiones que deben escribirse con mayúscula inicial, "como nombres de vías urbanas, instituciones, edificios públicos o apellidos: plaza de Santa Bárbara, Hermandad de San Roque, Hospital de San Rafael, Pedro San Martín", tal como lo señala el Diccionario panhispánico de dudas, de la Real Acadenia Expañola y la Asociación de Academias de la Lengua Española.