domingo, 25 de agosto de 2024

                                                      Corrección y propiedad

       A propósito de la corrección y la propiedad al hablar, en el “primer curso” de su Gramática castellana (1971 [1938]), Amado Alonso y Pedro Henríquez Ureña señalaron que, aunque muchas veces en las gramáticas no se lo hace, conviene distinguir entre tales: mientras que la propiedad, que consiste en usar los términos exactos y apropiados para expresar ideas con precisión y claridad, es «una adecuación interna de la frase al pensamiento que se ha querido expresar» (p. 17), la corrección es «una adecuación externa de la frase a las formas admitidas socialmente como “las mejores”» (p. 17) y consideradas, desde el punto de vista prescriptivo, como “las correctas y adecuadas” en contraposición a “las erróneas e inadecuadas”.

       A modo de ejemplos, en relación con la incorrección léxica, emplear “vinistes” en lugar de “viniste”, como forma del pretérito perfecto simple de la segunda persona del singular; y, en relación con la impropiedad léxica, usar “comprensible” en lugar de “comprensivo” en la oración “Es un profesor muy comprensible”, donde el término comprensible no es el adecuado, pues refiere a algo ‘que se puede comprender’ o ser comprendido, mientras que comprensivo sí lo es, ya que indica la ‘capacidad de comprender’, razón por la que la voz correcta para expresar la idea de un profesor que entiende y se muestra empático es comprensivo.

martes, 4 de marzo de 2014

"Aserrín" o "serrín"

De vuelta al barrio...

Hace poco, con la finalidad de corroborar el significado de la voz aserrín, consulté el diccionario, y la palabra en cuestión me llevó a esta otra: serrín, de procedencia latina. Lo que no se precisa en el lexicón académico es en qué lugares-países suele usarse cada forma. En Perú, entiendo que se usa la forma aserrín. Entonces, para los que no lo sabíamos: hay sinonimia (que hace referencia a la palabra o expresión que tiene igual o muy parecida significación que otra) entre aserrín y serrín ('Conjunto de partículas que se desprenden de la madera cuando se sierra').



miércoles, 31 de julio de 2013

Percentil ortográfico

Hace ya varios años, por no decir algunas décadas, culminé los estudios secundarios y recuerdo de aquella época, entre otras muchas cosas, la frase “percentil ortográfico”, sobre la que, por cierto, hasta ahora no tengo claridad acerca de su significado exacto. Probablemente esto se deba a que no fui, sin lugar a dudas, el más aplicado de la clase en el curso de Matemáticas −entiéndase por esto que hasta hoy mi conocimiento matemático no supera el conocer solo las operaciones elementales de sumar, restar, multiplicar y dividir, la regla de tres simple y un conjunto de términos (logaritmos, algoritmos, ecuaciones de tercer grado, etcétera, etcétera) que hoy, pese a mis estudios de matemática superior –solo “dios” sabe cómo pude sobrevivir a la estadística, la econometría y a miles de fórmulas en la carrera de Administración−, no podría definir ni explicar correctamente; cosa que, en buen español, se traduce por algo así como, matemáticamente, soy prácticamente un cero a la izquierda. Ya está. Sin embargo, esto no resuelve, aunque sí explica, por lo menos en parte, el hecho de que no pueda entender precisamente qué significa percentil.

Intentemos entonces resolver. Matemáticamente, de acuerdo con el diccionario académico, percentil es el valor que divide un conjunto ordenado de datos estadísticos de forma que un porcentaje de tales datos sea inferior a dicho valor. ¿¿Ah?? Bueno, sigo sin entender. En otro diccionario, se dice, al respecto, que percentil es una medida estadística muy utilizada que indica un valor respecto del total de una muestra compuesta por cien partes, y que percentiles son, por tanto, cada uno de los noventa y nueve segmentos que resultan de dividir algo en cien partes de igual frecuencia. Esta última explicación, para mí, menos enrevesada tampoco permite resolver mi problema, mas sí me ayuda a hacerlo.

En resumen, entiendo que un percentil ortográfico es una prueba calificada consistente en un dictado de cien palabras, cuya finalidad es evaluar la correcta ortografía de estas por parte del alumno, en la que cada palabra bien escrita equivale al 1% de la calificación máxima satisfactoria, que se realiza, al final, mediante letras: a, b, c, d, etcétera.


miércoles, 10 de julio de 2013

Clochard

Este extranjerismo hace referencia al vagabundo, a la persona pobre que se desplaza sin domicilio fijo, desamparada y desposeída y que vive en la calle, es decir, al sin hogar.


miércoles, 3 de julio de 2013

¿“Música culta” o “música clásica”?


La expresión “música clásica”, que se dice que aparece por primera vez en 1836, en el Oxford English Dictionary, se ha extendido en el sentido y uso popular, así como en el medio escrito para hacer hace referencia a toda la música no popular que ha sido compuesta desde el Barroco hasta el siglo XX. No obstante, esta generalización, de música clásica por música culta, no resulta precisa, puesto que la primera, en sentido estricto, es un tipo de música culta compuesta en el periodo llamado “clásico”, que abarca desde mediados del siglo XVIII hasta principios del XIX (1750-1820), periodo en el que destacaron, por ejemplo, Haydn, Mozart y el primer Beethoven. En ese sentido, la música culta, también llamada “docta” o “académica”, engloba, además de la clásica, a la música romántica o académica. No obstante, a este criterio, puede oponerse la concepción de que toda música es producto de una cultura, esto es, de un conjunto de ideas, creencias religiosas, ciencias, artes y costumbres que caracterizan el estado social de los pueblos.

Una característica especial de la música culta es que da nacimiento, a posteriori, a una teoría y a una escritura, y, gracias a esta última, las obras sobreviven a la muerte de los compositores. Asimismo, se puede observar en esta la existencia de una escuela, con maestro y discípulos, y, por lo tanto, puede considerarse como una música de especialistas, no popular ni folclórica, además de que la estructura y composición de esta música (de cierta complejidad en la notación e instrumentación) la convierten en un arte de especialistas e imposible de transmisión por vía oral. Por ello, sus creadores y ejecutantes deben estudiar para aprender el manejo del lenguaje musical, bien sea para escribir, componer o interpretar.


miércoles, 26 de junio de 2013

OK, okay, okey

Son comunes en nuestro idioma expresiones del tipo: ¿Lo hacemos así? Ok, o Todo está okey, por ejemplo. 

Se dice que la expresión OK procede de la Guerra de Secesión (guerra civil estadounidense ocurrida entre 1861 y 1865 entre los estados del Norte y los estados del Sur): que cuando las tropas regresaban a sus cuarteles sin tener ninguna baja, escribían en una gran pizarra: “O Killed” (‘0 muertos’), de donde provendría el anglicismo en cuestión, el cual, por cierto, no ha sido oficialmente incorporado al léxico oficial del idioma español —probablemente por la existencia de la expresión de acuerdo, con que suele expresarse asentimiento o conformidad—, aunque sí está extendido en su uso. 



No obstante, existen documentos previos a la Guerra de Secesión que refieren esta expresión, como en el caso del diario de William Richardson, que viajaba de Boston a New Orleans en 1815: “Arrived at Princeton [...] ok & at Trenton, where we dined at 1 p.m.”. Asimismo, el 23 de marzo de 1839, en el Boston Morning Post se escribió: “[...] he of the Journal, and his train-band, would have his "contribution box,” etceteras, o.k.—all correct— and cause [...]”. En esta última etimología, se evidencia una falta ortográfica intencional creada en esos años, en la que all correct ('todo correcto') se escribía como se pronunciaba, esto es: oll korrect, y formaba: ok

Al respecto de la etimología propuesta, pueden verse los siguientes enlaces: <http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_proposed_etymologies_of_OK> y <http://www.merriam-webster.com/dictionary/ok>, así como el video que está disponible en el siguiente enlace:







miércoles, 19 de junio de 2013

Comillas simples

Las comillas simples (‘’) se escriben en la parte alta del renglón y se emplearán después de las comillas angulares («») y las comillas inglesas (“”), esto es, en último lugar: «Varinia me dijo: No pongas ese cacharro nunca más».