Lo común es utilizar el adjetivo todo(a) antepuesto a un
sustantivo al que precede un determinante (el[la]) para señalar que no se
excluye a ninguna parte, ser o seres designados por el sustantivo: Todas las
tuercas, Todos los jóvenes. Sin embargo, la duda puede asaltar al hablante
sobre qué forma del adjetivo en cuanto a género (todo o toda) debe usar ante
sustantivos femeninos que, al comenzar con /á/ tónica, seleccionan la forma el
del artículo para evitar cacofonía o disonancia, esto es, un sonido
desagradable: el agua/las aguas, el hambre/las hambres, el área/las áreas, el
hacha/las hachas, el águila/las águilas. En tales casos, por una adecuada
concordancia de género del adjetivo respecto del sustantivo al que se refiere,
se deberá usar la forma femenina del adjetivo (toda[s]) ante sustantivos femeninos aunque
estos, para evitar la cacofonía, estén precedidos por la forma masculina del
artículo: el. En ese sentido, se dirá, por ejemplo: Se derramó todA el agua de la tina, TodA
el hambre del mundo desciende de esos cerros, TodA el área fue cubierta por
soldados, etcétera.
Toda el hambre del mundo |