viernes, 11 de febrero de 2011

¿"Adecua" o "adecúa"?, ¿"licua" o "licúa"?








Las formas verbales de adecuar(se) ('acomodar(se) o adaptar(se)') se acentúan como las formas de averiguar (sin tilde): No se adecuan a las nuevas circunstancias, pero hoy es frecuente y también válida su acentuación, como en el caso de las formas de actuar: No se adecúan a las nuevas circunstancias. Lo mismo ocurre en el caso de licuar(se) ('hacerse líquida una sustancia sólida o gaseosa'), pues se puede decir, por ejemplo: Licua las fresas o, lo que probablemente nos resulte familiar, Licúa las fresas.

martes, 8 de febrero de 2011

Acerca de "estadio" y "estadío"


Entre los significados de la palabra estadio, además de 'recinto con graderías para los espectadores, destinado a competiciones deportivas', 'lugar público de 125 pasos geométricos, que servía para ejercitar los caballos en la carrera', 'distancia o longitud de 125 pasos geométricos', también significa 'periodo, especialmente uno de los tres que se observan en cada acceso de fiebre intermitente', así como 'etapa o fase de un proceso, desarrollo o transformación', y, aunque es frecuente la acentuación estadío en textos médicos y de psicología, la palabra estadio no lleva tilde en ninguna de sus acepciones.
Por otro lado, conviene tener presente que la tilde diacrítica tiene por finalidad diferenciar palabras que, si bien presentan igual grafía (escritura), desempeñan distinta categoría o función gramatical, como en el caso de de como verbo (Quiero que me dé lo que prometió), con tilde, y como preposición (Este es el cuaderno de Luis), sin ella. Sin embargo, en el caso en cuestión, estadio, en cualquiera de sus acepciones o significados, no varía su categoría gramatical de sustantivo, y se escribe sin tilde.

¿La palabra "adolescencia" proviene de "adolecer"?


En "¿Adolecer significa también 'carecer de'?", se dijo que, en el Diccionario de la Real Academia Española, se señala que adolecer proviene del antiguo dolecer. En efecto, dolecer y dolecerse son verbos antiguos equivalentes de dolerse, enfermar. El verbo adolecer procede del latín dolescere (verbo que proviene de dolere, 'doler') y significa 'padecer alguna enfermedad, particularmente crónica', 'padecer algún defecto'. Este verbo no guarda relación con adolescente (del latín adolescens, -entis), adolescencia (del latín adolescentĭa, adulescentia: 'adolescencia, juventud', 'los jóvenes'), que provienen, en cambio, del verbo latino adolescere, que significa 'crecer'.


Así, pues, como lo señala el periodista uruguayo Ricardo Soca, en La fascinante historia de las palabras y Nuevas fascinantes historias de las palabras, la palabra adolescencia proviene de la raíz indoeuropea al- (‘nutrir’, ‘crecer’), de la cual se derivó la voz latina alere (‘nutrir’, ‘alimentar’), que dio lugar a alescere ‘crecer’, ‘aumentar’. A partir de esta última, unida al prefijo ad-, se formó el verbo adolescere ‘crecer’, ‘desarrollarse’, y, por último, del participio presente de este verbo, adolescens, -entis (‘el que está creciendo’), se formaron, en el siglo XIII, las palabras francesas adolescent y adolescence, que muy pronto llegaron al español como adolescente y adolescencia, respectivamente. Unos dos siglos más tarde, se incorporó adolescence al inglés, así como adolescência al portugués y adolescenza al italiano.

Por otro lado, la palabra adulto también se deriva del verbo adolescere ─más precisamente de su participio pasivo adultus (‘el que ha crecido’)─, introducida en nuestra lengua a finales del siglo XV.

En el caso de la Organización Mundial de la Salud (OMS), define la adolescencia como ‘el período de la vida que transcurre entre los diez y diecinueve años de edad’. Constituye una fase de desarrollo psicosociosomático, situada entre la infancia y la edad adulta.

Véase La Página del Idioma Español (elxastellano.org), en http://www.elcastellano.org/palabra.php?q=adolescencia

lunes, 7 de febrero de 2011

¿"Adolecer" significa también 'carecer de'?


No es extraño que, en ocasiones, se utilicen palabras o diversas construcciones para decir lo contrario de lo que, en realidad, se quiere expresar. A esto se denomina problema de propiedad (impropiedad) en el lenguaje, pues no se guarda correspondencia entre el significado peculiar, propio o exacto de los términos o frases que se utilizan y lo que se quiere decir, aunque la construcción pueda ser gramaticalmente correcta.
Uno de los casos comunes en que se expresa impropiedad en el lenguaje es cuando se utiliza el término "adolecer", que significa 'tener o padecer algún defecto' o 'padecer alguna enfermedad habitual', con el significado de 'carecer', como en Adolezco de recursos o Se adolece de planeamiento. Este uso, con dicho significado, es impropio.

El verbo adolecer procede del latín dolescere (verbo que proviene de dolere, doler). Adolecer significa 'padecer alguna enfermedad, particularmente crónica', 'tener alguna pasión o vicio', 'padecer algún defecto'. Se puede, por tanto, adolecer de una enfermedad o de algún defecto físico o moral, y, en estos casos, como puede deducirse, el primitivo sentido de la palabra de dolencia o padecimiento se mantiene.

Por tanto, como señala el gramático y lexicógrafo Manuel Seco en su Diccionario de dudas y dificultades de la lengua española debe evitarse el error o imprecisión en el lenguaje de emplear el verbo adolecer con el sentido de 'carecer', pues, como se reitera, "El verdadero significado de este verbo es 'padecer'".

domingo, 6 de febrero de 2011

El lenguaje como arma



"Tristes armas / si no son las palabras": los versos de Miguel Hernández, el poeta español, sugieren la posibilidad de considerar el lenguaje como arma. Ciertamente lo es, pero más en el sentido de ‘medio’, de ‘recurso’, de ‘instrumento’ que en el sentido específico de herramienta ofensiva o defensiva. Visto así, puede decirse que el lenguaje es instrumento para apropiarse del mundo, es un recurso para la articulación de la conciencia y es un medio de comunicación social.

Extraído de ¿Por qué prestar atención al lenguaje? (1998), de Carlos Gatti Murriel.

sábado, 5 de febrero de 2011

Acerca de la expresión "Está que me duele"



Hace unos días, alguien reparó en la frase "Está que me duele [la muela]" emitida con el sentido de "Está doliéndome". ¿Existe en el español registro acerca del uso de "QUE" pospuesto al verbo "ESTAR" con sentido de gerundio (forma que suele denotar acción o estados durativos, como en "Está doliéndome"?

La actual edición del Diccionario académico (2001) recoge la siguiente acepción del verbo ESTAR:
'Hallarse en una determinada situación o actitud'. Estoy QUE no me tengo. Está QUE trina. Está QUE bota.
Sin embargo, no se emplea para referirse a cualquier estado, sino que siempre se utiliza con una intención enfática. Por ejemplo, no se dice "Estoy que juego" o "Estoy que como" para sencillamente explicar que estoy jugando o estoy comiendo, pero sí se puede decir "Estoy que me duermo" para expresar que me caigo de sueño.
No es tampoco admisible decir "Está que me duele", en lugar de "Está doliéndome". No es una construcción habitual de nuestro idioma, y, por lo tanto, es desaconsejable su empleo.

jueves, 3 de febrero de 2011

¿"Inauguración" o "Inaguración"?


Puedo decir que, si bien este blog fue creado en febrero de 2010, hace ya casi un año, solo fue presentado a un reducido número de personas, razón por la que se puede considerar que recién hoy, 3 de febrero de 2011, al haber sido esta vez "publicitado" a diversas personas mediante correos electrónicos, este blog, La lengua del ajolote, sale a la luz. Sin embargo, este año que ha pasado deja para el Ajolote dos grandes lecciones: por un lado, la muy importante necesidad de que este blog tenga permanente continuidad y actualización, y, por otro lado, una aprendida muy recientemente, la conveniencia de concretar una mejor delimitación del público al que centralmente quiere dirigirse este: el usuario común de la lengua que, cuando escribe o habla, se tropieza con diversas dudas y dificultades, que, a partir de este, por cierto, procuraremos absolver o ayudar a resolver.
De acuerdo con esto, sin más preámbulo, puedo decir entonces que el Ajolote está de cumpleaños e INAUGURAno inagura─ un nuevo año, en el que, de algún modo, recién sale a la luz. Sean, pues, bienvenidos a este espacio, que espero que sea de su agrado y, en especial, de utilidad durante los recorridos lingüísticos que cotidianamente realizamos.

Sobre el uso de mayúscula en "los Andes"


Hace ya un tiempo, recibí esta consulta: "Ah, una duda de yapa: en un buen libro de redacción leí: “!Los Andes”…es con mayúscula ambas?

Los nombres propios geográficos, en este caso, el de una cordillera, se escriben con mayúscula inicial. Por otro lado, los nombres propios de montañas o de cadenas de montañas (el Himalaya), entre otros, van necesariamente acompañados de artículo, pero este debe escribirse en minúscula, pues no forma parte del nombre propio geográfico. Por tal motivo, el nombre de la cordillera aludida debe escribirse así: los Andes.

De regreso con "Ni tampoco"





Solo quería confirmar la información proporcionada anteriormente en relación con el uso de ni tampoco. En efecto, de acuerdo con fuentes académicas, no existe motivo para censurar el empleo de tampoco pospuesto a ni. Aquí algunos ejemplos al respecto proporcionados por el departamento de "Español al día":
«Pero ese hombre ¿quién es...? Que no, Consuelo, escucha, que no te estoy preguntando su nombre... no, no, ni tampoco quiero que se ponga al teléfono» (Cristina Bain El dolor de la Ceiba [Colombia, 1993]).

«No sé que hablar con esos señores ni tampoco sé cómo me voy a sentir junto a un hombre tan importante -pensó»
(Carmen Martín Gaite Nubosidad variable [Esp. 1992]).
En el Diccionario panhispánico de dudas, en relación con tampoco,
se plantea lo siguiente:
1. Adverbio con que se niega una cosa después de haberse negado otra: «No queremos la venganza, pero tampoco el olvido» (Aguirre Retablo [Chile 1987]); «Si es por eso, tampoco yo le guardo rencor» (Cabal Vade [Esp. 1982]). Cuando va antepuesto al verbo, es incorrecto su uso seguido del adverbio no, esto es, con el verbo en forma negativa: «Entonces tampoco no existía ninguna solicitud de mediación» (Semana [Col.] 21-28.1.97); debió decirse Tampoco existía ninguna solicitud de mediación. Sin embargo, sí se emplea con el verbo en forma negativa cuando va pospuesto al verbo: Entonces no existía tampoco ninguna solicitud de mediación.

2. No debe confundirse el adverbio de negación tampoco con la secuencia de tan (adverbio de cantidad) + poco (pronombre o adverbio de cantidad), que se usa en estructuras comparativas (Gana tan poco como su padre) y consecutivas (Gana tan poco que ha tenido que vender su automóvil).

miércoles, 2 de febrero de 2011

Ni tampoco

Acerca de la consulta sobre si es correcto decir "No sé nadar ni tampoco sé flotar", podemos notar lo siguiente:

Ni, conjunción copulativa negativa, está coordinando la proposición "No sé nadar" con "tampoco sé flotar", es decir, está uniendo de forma aditiva dos frases que denotan negación. Por otro lado, podemos notar que hay dos adverbios de negación (ni y tampoco) contiguos, lo que no significa que, al haber dos negaciones contiguas, equivalgan a una afirmación como sucede en el caso de la lógica matemática. En el caso de la sintaxis española, se permite la presencia de dos adverbios de negación sin que ello implique un sentido afirmativo.
No obstante, los adverbios no deben aparecer en cualquier orden: debe ir uno antes del verbo y otro después de él; es decir, se puede decir, por ejemplo: "No dormí anoche tampoco" o, simplemente, "Tampoco dormí anoche", pero no "Tampoco no dormí anoche". Sin embargo, en el caso planteado, podemos notar que son dos proposiciones, cada una con su verbo, y el ni coordina aditivamente a ambas. Esa es mi opinión, la misma que, en breve, corroboraré o, en su defecto, rectificaré.

martes, 1 de febrero de 2011

¿Adónde o A dónde?


Adverbio que significa ‘a qué lugar’. Puede decirse, por ejemplo, ¿Y adónde iremos? o ¿Y a dónde iremos? Ambas grafías (adónde y a dónde) son aceptables.